A pesar de las circunstancias hoy se recuerda el cuarenta aniversario de la Universidad Nacional Experimental del Táchira

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Como parte importante de la historia educativa del Táchira y del país, la Universidad Nacional Experimental del Táchira arriba a cuarenta años de quehacer académico, de investigación y extensión, dejando en estas cuatro décadas una huella profunda y enriquecedora, que se muestra dentro y fuera de la geografía nacional, a través de sus egresados.

Miles de jóvenes se han formado en sus aulas, convirtiéndose en motor productivo del progreso. Los aportes de la Unet se pierden de vista y hoy puede decirse que ha recorrido con sabiduría su camino; desde aquel 27 de febrero cuando se creó por decreto de la Presidencia de la República Nro 1630. Hoy, esta emblemática casa de estudios es referencia por su calidad académica y por la tarea que cumple día a día.

Hoy, las circunstancias por las que atraviesa el país no permiten una celebración, pero sí recordar esta importante fecha. A continuación un extracto del discurso pronunciado por el ex Rector Trino Gutiérrez, en ocasión del 39 aniversario de la universidad. Es una reflexión del papel y significado de la universidad.

“La palabra universidad, de innumerables universidades de Venezuela y del Mundo se puede decir que en lo único en que coinciden es en el nombre. Sin embargo, a pesar de la desacralización de la universidad y de sus tan diversas expresiones, pienso, que es legítimo hablar de algunas características esenciales, de algunas funciones obligadas de la universidad con mayúsculas, como dice el Dr. Luis Fuenmayor Toro cito “creo que el problema o reto inicial de cualquier universidad es ser realmente eso: una universidad. Lo primero es lo primero y después vendrán todas las otras consideraciones. Una universidad no puede estar al servicio del país, si no es realmente una universidad. Se trata por lo tanto de tener universidades, para que éstas puedan estar al servicio del pueblo y su bienestar, de la gente y su liberación, de la patria y su independencia y del conocimiento universal” fin de la cita.

Y qué es realmente la universidad, tomaré algunas definiciones de ilustres pensadores, el Cardenal Newman ilustre filósofo de Oxford, de mediados del siglo 19 “La universidad es la comunidad de estudiantes y profesores que se reúnen para pensar”. Sartre: “La universidad está hecha para hombres capaces de dudar.”, “La universidad, dice Robert Hutchins, es el espacio recogido para meditar los problemas intelectuales del mundo” y Karl Jaspers: “La universidad es el recinto sagrado de la Razón.”.

Se puede advertir que el atributo invariable es “pensar” en sus múltiples modalidades: meditar, dudar, analizar, razonar... Por eso creo que la expresión más afortunada sobre la Universidad y que no contradice a ninguna de las anteriores, es aquélla que la define como “la conciencia crítica de la sociedad”.

La Universidad, conciencia crítica de la sociedad, significa que la misión de la Universidad es pensar (la investigación no es otra cosa que pensar al mundo y a nosotros en el mundo), enseñar a pensar (y ésta es la esencia de la educación universitaria), transmitir y acrecentar el pensamiento (en esto consiste la extensión de la cultura).

La Universidad como conciencia crítica de la sociedad debe conocer la realidad social en su totalidad, ésta es la materia de su pensamiento; pero esta acción reflexiva sobre la sociedad no termina en el pensamiento, ha de juzgarla y con actitud crítica, denunciar, anunciar, inventar.

Así entendida, qué importante y vital es en la Universidad por ejemplo, el análisis crítico de la dimensión política. En una “primitiva universidad” hace 24 siglos fue definida la política como “El arte de hacer vivir a los hombres felizmente en comunidad”. Por ello debemos criticar y confrontar a quienes desde la política se olvidan de la felicidad de los ciudadanos y pone como valor supremo el poder y la dominación, creando condiciones para la exclusión de importantes sectores de la sociedad.

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La situación actual de la universidad venezolana está caracterizada por diversos y agudos problemas: déficit presupuestario, fuga de talentos, excesiva burocracia, falta de generación de relevo, violencia política, acoso legal, descenso de la calidad, hay un salario precario que está afectado el relevo generacional de calidad. Ser profesor, con todas las exigencias que eso requiere, es muy mal remunerado.

Y la universidad en situaciones tan graves ¿qué puede hacer? Ante todo, pienso yo, NO debe convertirse en promotora o cómplice de la irracionalidad; y son promotoras de esta irracionalidad las universidades que se someten al poder político, y son cómplices cuando callan. La universidad debe conservar siempre su independencia, autonomía y libertad para juzgar, denunciar, anunciar e inventar para preservar la independencia y la libertad de la sociedad.

Porque la actitud crítica de los universitarios, de los ilustrados, no sólo de los que aún piensan en las aulas, sino de todos los egresados que son la proyección de la Universidad, constituyen la gran defensa de la libertad. Aunque, hay que decirlo también: existen universitarios, ilustrados que caen en el servilismo y éstos son los que generan el despotismo ilustrado; como lo afirma el intelectual mexicano Gabriel Zaid, cito “El despotismo ilustrado sólo puede sustentarse sobre el servilismo ilustrado.”

Frente a esta situación derivada, de la posición gubernamental invoco el espíritu de resiliencia institucional, que nos permita crecernos, hacernos más fuertes, la historia de la Unet apenas tiene 39 años. Debemos seguir enfrentando esta adversidad, sabiendo que de ella vamos a salir fortalecidos por este aprendizaje, por muy duro y traumático que sea, a sabiendas que lo que hace grande a una universidad es su capacidad, como lo dije anteriormente de: criticar, denunciar, anunciar, inventar.

Por supuesto es también propicia esta oportunidad para mencionar a nuestros estudiantes y para ello utilizare lo dicho por Mara Comerlati el pasado domingo 24 de febrero en el libre pensador del periódico El Nacional donde se refiere a estos rebeldes con causa. Dice Mara; No todos los jóvenes son rebeldes, pero los rebeldes son inevitablemente jóvenes. ¿Quién ha visto rebelde viejo? Viejos rebeldes que dan lidia pareja, algunos que tienen demencia senil, pero rebeldes viejos de esos que salen a la calle a marchar, a exigir y protestar con un megáfono, a plantarse delante de una embajada o de un organismo público por días y días, descansando por ratos echados en una colchoneta, comiendo sólo chucherías y tomando refresco, no hay. La artritis, la dispepsia, la hipertensión y demás achaques no los dejan. Hay viejos excepcionales que mantienen así sea en su corazón la inconformidad de sus tiempos juveniles, pero es uno en un millón. Casi siempre la prudencia, la calma, la cordura, la sensatez, el tacto, la reflexión, la madurez se adueñan de la gente mayor y toda acción suele quedarse en agua de borrajas.

Los jóvenes en cambio, con su entusiasmo, su energía y sobre todo su inexperiencia ven las cosas en blanco y negro, y no lo piensan dos segundos antes de echarse a las calles. A Dios gracias, pues de lo contrario nunca cambiaría nada y este mundo no tendría esperanza de mejorar.

Como lo propio de la academia son los retos intelectuales, los estudiantes no se plantean pendejaditas, lo de ellos es la Libertad, la Democracia, la Felicidad, la Justicia, etc., etc., todo con mayúsculas. Al contrario de nosotros sus padres o abuelos, que aprendimos a los trancazos, no saben que son ideales inalcanzables y se lanzan de cabeza a conseguirlos. Hay un mito que dice que el abejorro, contrariando la aerodinámica, vuela porque no sabe que no puede hacerlo.

Por eso, ahora y siempre: ¡Que vivan los estudiantes!, (fin de la cita) y agregaría ahora después de ver la irreverencia de nuestros estudiantes: ¡Que vivan los estudiantes de la Unet!

No debo desperdiciar, esta tribuna para reconocer muchos de los logros de estos 39 años, el mayor quizá, el habernos constituido en el principal centro de docencia, investigación y extensión de la región suroeste andina, gracias al esfuerzo y dedicación de todos y cada uno de los miembros de nuestra comunidad. La oferta de más de 20 opciones de titulación, muestran el avance vigoroso como la institución líder en la educación superior del estado Táchira.

Bueno es recordar el 30 aniversario de la creación de nuestra carrera de Arquitectura aprobada por el CNU el 25 de Febrero de 1983, la cual ha ejercido una marcada influencia en la transformación urbana de nuestro estado Táchira.

Aprovecho la oportunidad para, más que reclamar, recomendar a quienes dirigen los destinos institucionales, generar políticas y programas que permitan el aprovechamiento de ese enorme caudal de experiencia y conocimiento, representado por el personal jubilado, memoria viva de la institución que evidentemente, en muchas ocasiones es relegado, y no tomado en cuenta en el abordaje propio de la dinámica diaria de los programas, en la diferentes funciones universitarias.

Finalmente debo destacar que la Unet, tal como lo mencionó Popper, produce expertos y está produciendo hombres y mujeres, capaces de distinguir entre la charlatanería y la experiencia, y eso nos enorgullece, pues seguimos siendo una institución con suficiente autoridad moral para enfrentar, la barbarie, la banalidad, y la superficialidad, que suelen caracterizar las masas de nuestro tiempo. Feliz 39 aniversario Alma Máter tachirense, querida Unet continúa siendo lo mejor de nuestra sociedad, el sentido moral de nuestra vida intelectual, ahora y siempre. Que Viva la Unet. Que vivan sus profesores, estudiantes, administrativos y obreros".

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